A veces pienso que soy solo un viento
pasajero.
Un extraño reflejo en una gota de
agua que se seca.
Una hoja muerta flotando en el aire
por siempre.
A veces creo que el sol no sale para
mí.
Que mi sombra me abandona otra vez.
Que no hay refugio para mi alma,
ni un oído que escuche mi pena.
Y entonces apareces tú...
con tu sonrisa eterna, con tus
palabras
desafiando al viento.
Con tu mirada de ángel suspendida en
el aire
con tus alas llenas de sueños
y tu voz dulcemente infinita,
curando mis heridas con la miel de tu
lengua.
Y me atraviesas, dándole sentido a
mis días.
Para empaparme en tu ternura.
Y me regalas tu música haciéndome
dormitar enamorado.
Flotando en tus pensamientos,
sintiendo el abrigo de tu cuerpo sobre
mí,
recorriéndome con tus labios
dándome tu calor una vez más.
Y todo vuelve a tener sentido,
la magia que produces en mi me hace
su esclavo
para conducirme como un viajero
inmóvil
por los laberintos de tu corazón.
Y no puedo resistir al encanto de tu
aroma,
y siento que pierdo las fuerzas a tu
lado
porque el poder de tu amor me absorbe
y me conduce errante como si fuera tu
sombra
a donde quiera que tu alma valla.
¿Sabrá tu corazón cuanto te amo?
Porque los sueños cobran vida
para inundarnos con sus fantasías
enseñándonos nuevos caminos, extraños
senderos.
Porque me llevas al lugar donde nacen
las palabras de amor,
donde las rosas no tienen espinas,
donde la lluvia tiene el sabor de tu
piel,
donde no existen los secretos ni
mentiras,
porque solo los corazones puros y
sinceros hallan la puerta
y tú y yo lo sabemos bien.
¿Saben tus labios cuanto te deseo?
No importa, tú le diste sentido a mi
vida
y voy a recorrer el mundo de tu mano
a perderme en tu amor, sin temor,
cruzando las sombras a través de la
oscuridad.
Porque tu luz me guía, tu voz me
llama en el silencio,
tus ojos brillan en mi mente y me
muestran el camino.
Y aprendo a quererte, a cada segundo
de manera diferente,
hasta el final, suspendido en el
aire, contigo
esperando un nuevo día...
soltando mis esperanzas al viento,
sabiendo que ellas hallaran el camino
a ti
en su tiempo...
para volver a mí y hallar consuelo.
Como un alma abatida encuentra el
descanso eterno.
Porque fui hecho para amarte,
para aprender de tus deseos a
quererte de mil formas
para siempre...
y por siempre.
por: Luis Sadra
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