sábado, 22 de febrero de 2014

Viajero Inmovil


A veces pienso que soy solo un viento pasajero.
Un extraño reflejo en una gota de agua que se seca.
Una hoja muerta flotando en el aire por siempre.
A veces creo que el sol no sale para mí.
Que mi sombra me abandona otra vez.
Que no hay refugio para mi alma,
ni un oído que escuche mi pena.
Y entonces apareces tú...
con tu sonrisa eterna, con tus palabras
 desafiando al viento.
Con tu mirada de ángel suspendida en el aire
con tus alas llenas de sueños
y tu voz dulcemente infinita,
curando mis heridas con la miel de tu lengua.
Y me atraviesas, dándole sentido a mis días.
Para empaparme en tu ternura.
Y me regalas tu música haciéndome dormitar enamorado.
Flotando en tus pensamientos,
sintiendo el abrigo de tu cuerpo sobre mí,
recorriéndome con tus labios
dándome tu calor una vez más.
Y todo vuelve a tener sentido,
la magia que produces en mi me hace su esclavo
para conducirme como un viajero inmóvil
por los laberintos de tu corazón.
Y no puedo resistir al encanto de tu aroma,
y siento que pierdo las fuerzas a tu lado
porque el poder de tu amor me absorbe
y me conduce errante como si fuera tu sombra
a donde quiera que tu alma valla.
¿Sabrá tu corazón cuanto te amo?
Porque los sueños cobran vida
para inundarnos con sus fantasías
enseñándonos nuevos caminos, extraños senderos.
Porque me llevas al lugar donde nacen las palabras de amor,
donde las rosas no tienen espinas,
donde la lluvia tiene el sabor de tu piel,
donde no existen los secretos ni mentiras,
porque solo los corazones puros y sinceros hallan la puerta
y tú y yo lo sabemos bien.
¿Saben tus labios cuanto te deseo?
No importa, tú le diste sentido a mi vida
y voy a recorrer el mundo de tu mano
a perderme en tu amor, sin temor,
cruzando las sombras a través de la oscuridad.
Porque tu luz me guía, tu voz me llama en el silencio,
tus ojos brillan en mi mente y me muestran el camino.
Y aprendo a quererte, a cada segundo de manera diferente,
hasta el final, suspendido en el aire, contigo
esperando un nuevo día...
soltando mis esperanzas al viento,
sabiendo que ellas hallaran el camino a ti
en su tiempo...
para volver a mí y hallar consuelo.
Como un alma abatida encuentra el descanso eterno.
Porque fui hecho para amarte,
para aprender de tus deseos a quererte de mil formas
para siempre...

y por siempre.

                                                 por: Luis Sadra

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